The Delhi experience

jueves, mayo 27, 2004

La familia española

Al llegar nos han acogido en su hogar Valle, Eduardo y Ramón, los tres becarios del ICEX que también trabajan en la Oficina Comercial. Llevan aquí tres meses, y su servicio durará hasta septiembre. Ellos (y otras gentes que se irán uniendo) serán un poco nuestra familia este año. Al estar todos lejos de la patria y el hogar se crea instintivamente un vínculo afectivo y solidario muy fuerte.

La casa está muy bien, en el distinguido barrio de Vasant Vihar, a 10 minutos de la Oficina Comercial. Tiene unos techos altísimos, un salón descomunal (donde dormimos nosotros en unos austeros colchones dignos del Mahatma Gandhi), tres habitaciones grandes, cada una con su respectivo baño, y la cocina, más un balcón en la parte delantera y una terraza en la trasera. Por esto pagan 45.000 rupias (para convertir de rupias a pesetas de las de antes, multiplíquese por tres la cifra en rupias; para los que manejen con soltura el euro -que ya nos vale-, un euro equivale a unas 57 rupias), un dineral para la India, pero al ser tres se lo pueden permitir, además de que les dejaron la casa amueblada y con lavadora, todo un privilegio en Nueva Delhi. Ninguna casa tiene lavadora y la ropa la lavan los sirvientes (home helpers o assistants, en la denominación políticamente correcta) a mano, por lo que lo mejor es traerse ropa de batalla, por aquello de que no te destrocen las camisas de seda al lavarlas a cepillazo limpio, y cuanta menos mejor, ya que aquí en ropa hay de todo y baratísima.

El jueves 15 se unieron a nuestra pequeña familia Dani, el informático de la oficina, y su novia Silvia, que es enfermera pero viene sin trabajo y confiando en encontrar algo aquí. Otros miembros de la colonia española más cercana (en Nueva Delhi por lo visto hay 80 españoles censados, y 500 en toda la India) son Javi y Pep, becarios del COPCA (el equivalente catalán a la Cámara de Comercio de Madrid), Ana y Rodrigo, también becarios de la Oficina Comercial, y Pablo y Marta, lectores de español en la Universidad local. ¡Que Pûshana, divinidad del crecimiento y la prosperidad, reparta suerte para todos!