The Delhi experience

jueves, mayo 27, 2004

El regateo

Para circular por la India en general y Nueva Delhi en particular, es recomendable ir armado de ciertas habilidades que se convierten en imprescindibles para salir medianamente bien parado de cualquier eventualidad, como son la paciencia, el sentido de la orientación, la espontaneidad, la habilidad para improvisar o las tragaderas necesarias para ver todo lo que se ve por aquí. Pero una práctica a la que los occidentales no estamos acostumbrados y que rápidamente hay que aprender a desplegar es la del regateo.

Aquí la regla es que todo el mundo va a intentar aprovecharse de los rostros pálidos. Y aprovecharse no significa que los precios para los occidentales aumenten un poco, sino que se pueden multiplicar por dos, por tres o por más. Muchos productos traen una etiqueta donde viene el precio “oficial” (establecido por el gobierno) al que se puede vender dicho producto (el MRP, Maximun Retail Price), y más caro que eso no pueden cobrar. Pero el problema surge en aquellos bienes o servicios en los que el MRP no está fijado. Entonces hay que negociar el precio, y tienen lugar escenas como la siguiente:

Charliter: ¿Cuánto por este jersey?
Comerciante: 350
Charliter: ¿¿¿Quééé????¿¿¿350??? (en el regateo es válido sobreactuar cual actor de Bollywood, exagerando el papel de cliente indignado ante la magnitud de la estafa). Te doy 230.
Comerciante: No, no.
Charliter: ¿No? Vale. (en este punto deposito el jersey sobre una silla y sigo mirando por la tienda, aparentando indiferencia por el jersey, que por cierto, deja bolitas sobre la camiseta cuando me lo pruebo; le hago notar al tendero que la prenda es de mala calidad y que no puedo pagar tanto por ella, y el muy ladino se ríe pero no cede en el precio. En realidad, estoy desplegando toda esta farsa para ganar tiempo mientras calculo mi siguiente puja. Insisto medio minuto después).
Charliter: Oquei, 300. (aquí ya sé que me va a decir que sí, y más o menos era la rebaja que pretendía conseguir. Primero le metes lo de las 230 por ver si cuela).
Comerciante: oquei.

Trato cerrado. Lo normal es que las dos partes cedan un poco y que el precio final no sea tan alto como el que te piden inicialmente, ni tan bajo como el que ofreces (hay que saber calcular cuánto es justo ofrecer, porque tampoco está bien visto que se ofrezca un precio miserable, el nativo se puede ofender y se acaba la operación). Al principio es normal que te timen bastantes veces, pero después de las dos primeras semanas ya tienes una idea bastante aproximada de lo que cuestan las cosas y es más difícil que te estafen, además de que vas desarrollando la habilidad regateadora hasta convertirte en un Maradona de la rupia. El viejo truco de ofrecer un precio y darte media vuelta si no lo aceptan suele funcionar; cuando el nativo ve que de verdad te vas, entonces te llama y empieza a ceder total o parcialmente en sus demandas. Los indios están dispuestos a cualquier cosa con tal de venderte algo.

Los más cucos son los taxistas y los conductores de rickshaws. El jersey puedes al final comprarlo o no, pero el desplazamiento motorizado es imprescindible en esta ciudad de distancias inabarcables para las piernas, por lo que a la fuerza tienes que recurrir a ellos, y se aprovechan todo lo que pueden. A los conductores de rickies a veces incluso se les escapa la risa cuando te dicen un precio desorbitado para la carrera (si cuela, cuela). En los taxis puedes negociar el precio antes de montar o que pongan el taxímetro (normalmente trucado) si no estás de acuerdo con lo que piden. Los muy ladinos lo llevan siempre tapado con un trapo o una toalla, y al final del trayecto lo levantan y oh sorpresa!! marca la cantidad que pedían y que te había parecido excesiva.

Incluso cuando compras algo pagando la tercera parte de lo que te pedían inicialmente tras un extenuante cuarto de hora de regateo, te queda siempre la mosqueante sensación de que lo podrías haber sacado más barato. Espero que si conseguimos aprender al menos unas nociones básicas de hindi, tal vez sea menos fácil que nos tomen el pelo. Aún así, con la maestría que vamos a adquirir aquí en el arte del regateo, que tiemblen los comerciantes locales cuando volvamos a España. ¿O en España no se regateaba? Qué pena, con lo divertido que es.

En fin, en esta lucha continua al final la alternativa es ahorrar unas rupias o ahorrar energías, y casi compensa más la segunda que la primera. Además, no deja de resultar mezquino ponerse a discutir por unas rupias cuando todo cuesta un tercio o una cuarta parte de lo que estamos acostumbrados en España, y cuando sabes que la otra persona subsiste cada mes con lo que tú te puedes gastar en una visita a la FNAC, por ejemplo, o puede que con menos. Así que cuanto más tiempo pasamos aquí, menos insistimos en el regateo (sólo procuramos que no se nos cargue con tarifas abusivas). Aunque suene tonto, así redistribuimos un poco nuestra fortuna.

1 Comments:

  • MRP as you said is the maximum retail price. That means that you cannot sell the item for more than the fixed price. But obviuosly, you can sell the item for less. Hence the bargaining.

    Bargaining is a must for a tourist in India. Gives you a flavour of things.

    But the shop-keepers always have the upper hand. Most of these shop-keepers are extremely cunning. They usually have one price for local people and another for tourists.

    And if they perceive that you are interested in a thing, then they have an upper hand as they know you want it. So when bargaining you have to 'act' very casual and non-interested.

    :D

    By Blogger Ducky, at 27 de mayo de 2004, 18:22  

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